jueves, 8 de noviembre de 2012

2.


Flash back.
-No Caroline, ¡Más lejos!. -mando la niña del par de trenzas indicando con su mano que Caroline retrocediera.
-¿Acá? -dijo ya a un metro más apartada de donde estaba.
-Si, ahí.
-Vale, estoy lista, pasa el balón -Ordeno, abriendo un poco más las piernas y con las manos al frente lista para tomar susodicha pelota.
-¡Ahí va! -dijo la de las trenzas lanzando el balón. Caroline lo atrapó, y lo atrapó, con una sonrisa en su rostro, devolvió la pelota, enviándolo con todas sus fuerzas.
La pelota voló por los aires, repasando a la niña de las trenzas [se quedó como "la niña de trenzas" equisde] aterrizando en la cabeza de un niño flacucho que salía con su bicicleta.
-¡Auch! -exclamo en flacucho sobándose la cabeza.
-¡Lo siento! -se disculpo Caroline, corriendo hasta al niño, y agarrando el balón -Me llamo Caroline Montgomery -extendió su mano, y sonrió dejando ver los dientes que le quedaban y otros que acababan de salir.
-Yo George Harrison -dijo, estrechando la mano de Montgomery, al igual, sonriendo.
-Ella es Marianne, ¿Quieres jugar con nosotras?
-Uhm... ¡Si! -dijo alegremente, quitándole la pelota a Caroline para comenzar a correr.
Fin flasback. Narra Caroline.

Volver a casa me da tanta nostalgia... Es tan satisfactorio luego de unos 5 o 6 meses ir a Liverpool. No fue mucho, pero últimamente ando recordando lo que era, y pensando un poco en lo que seré, aunque no piense primero en lo que soy.
El paisaje que se veía desde la ventana del tren era hermoso... Trágicamente no se lograba ver mucho por la velocidad a la que iba el transporte. Conmigo se sentaron unas muchachas, un tanto superficiales. Pude escuchar como criticaban mi ropa, y mi cabello. Diciendo que mis labios necesitaban un retoque, ya que la pintura se había desvanecido. Pero a mi no me importaba eso... Lo que me importaba era llegar y darle un gran abrazo a mi mamá, y preguntarle que ha hecho. La mujer eligió como profesión la fotografía, pues es un prodigio, siempre ha tomado fotos maravillosas. Hay aproximadamente 20 álbumes de fotos de la familia... O lo que era de ella. Mamá, papá, y Caroline, osea yo. La "hermosa familia Montgomery", como la abuela solía decir cuando nos visitaba... Volver a Liverpool me trae esta clase de recuerdos, como dije anteriormente. Es el lugar... Liverpool es muy hermoso, dejando a los marineros ebrios atrás.


Momentos después ya estaba en la ciudad de Liverpool... Mis maletas guindaban de mis manos, además de que tenía una mochila. Estaba parada frente la casa de mi madre... Recordando todo lo que había vivido de pequeña aquí, y lo que viviré. El olor a galletas de avena se percibía desde afuera... Sin duda mi mamá es una gran repostera.
Subí las escaleras del pórtico, abrí la puerta, deje mis cosas y fui a la cocina, en donde Giselle sacaba las galletas de horno.
-¡Justo a tiempo! -exclamó cuando se dio cuenta de mi presencia. No había nada más satisfactorio que ver su sonrisa iluminada por la luz del sol que entraba por la ventana de la cocina.
-Hola mamá. -le sonreí, y fui hasta sus brazos.
-Hola princesa... -saludó, como si estuviera hablando con la Caroline de 10 años atrás. Beso mi frente. Sí que entrañaba que hiciera eso.

Se apartó de mí, y fue al mesón a poner las galletas de la bandeja a un galletero de gatito, que la mayoría del tiempo estaban vacía. Me senté en una de las sillas deterioradas de la mesita de la cocina, mi mamá hizo lo mismo, y trajo con ella el galletero. Saqué una, y le di un pequeño mordisco.

-Y... ¿Qué has hecho? -pregunté.
-Lo de siempre. Fotografiar gente. -dijo indiferentemente.
-¿Has viajado? -comí otro pedazo de galleta.
-Oh, sí. Obvio que sí. A Paris...
-¡¿Paris?! Má, fuiste a Paris y yo ni me enteré. Bien sabes que es mi sueño es ir para allá.
-Lo siento cariño. Fue de un día para otro... Pero... -se paró, y la falda de su vestido se movía al igual que ella. Sacó de una repisa una cajita, que tenía un moño, un regalo.- Ábrelo -me entregó la cajita...
-Es... Es muy hermoso. -dije al sacar el objeto de la caja, con una estúpida sonrisa en mi rostro. Era una figurita pequeña de la torre Eiffel que guindaba de una cadena. Giselle me indicó que me pusiera el collar, y lo hice.- ¿Cómo me queda?
-Hermoso. ¿Te gustó?
-Me encanta... Gracias mamá. -le di un pequeño abrazo, pero lleno de mucho cariño.
-Bueno niña, yo me voy porque tengo que fotografiar a una embarazada. Ahí están tus galletas, las rosas que plantaste en el jardín están hermosas, tu habitación está como estaba hace meses, y si quieres, sal a pasear. -dijo todo en casi 30 segundos, yéndose con paso apresurado con su cámara y otras cosas en su bolso. Agarró su abrigo y se fue.



Después de pegarle varias veces a la pared con el balón, me acerque a la casa de los Harrison, no era lejos, solo una casa de por medio. Escuche a la sra. Louise, hablando con su hijo.
-Mamá, no tengo hambre... -dijo el joven, con tono de malcriadez.
-Que extraño. Ay George, si son solo unas galletas... -insistió la señora.
-Pero es que no tengo ham... -- Está bien, dame las galletas. -cedió, típico en él, su debilidad era la comida.
Seguí rebotando mi balón, y escuche la puerta abrirse. Ahí estaba él, el anteriormente mencionado. Caminando con una guitarra colgada en su espalda, y un nuevo corte de pelo. Y más alto de lo que recordaba. Me acerque, sigilosamente... Y como buena masoquista que soy, le tire el balón apuntando en la nuca. ¡Sí!, ¡Justo en el blanco! El joven se sobo la parte en que la pelota le había pegado, y rápidamente se volteó. Me miró, y sonrió un poco.
-¿Quieres jugar? -dije como si él se me hiciera un desconocido, y tuviéramos 13 años menos-
-No... -su sonrisa aumentaba más, su dirección cambió, y se dirigía hacia mí.
-Harrison... -dije tiernamente, corrí y me abalancé hacia él y lo aferre a mi cuerpo... Mucho tiempo que no lo abrazaba así.
-Cuando tiempo, Caracola. -Yep, "Caracola", mi sobrenombre, nunca me gusto, pero simplemente no puedo luchar contra George.

-Y... ¿Me dices que tan importante es cómo para que no quieras jugar a la pelota conmigo, eh, Harrison?
-No. Sólo vamos.
-¿A donde?
-Repito, sólo vamos. -ordenó, tomándome de la muñeca.







Segundo pobre capítulo. Compartan, lean, amen, ¡Sientan!(?.

No hay comentarios:

Publicar un comentario